El
Internet es un
conglomerado de ordenadores
de diferente tipo,
marca y sistema
operativo,
distribuidos por todo
el mundo y
unidos a través
de enlaces de comunicaciones muy
diversos. La gran variedad de
ordenadores y sistemas
de comunicaciones plantea numerosos problemas de entendimiento, que se
resuelven con el empleo de sofisticados protocolos de comunicaciones.
El primer paso es lograr su interconexión
física, para lo que se emplean sistemas muy diversos:
Redes de área local, por lo general basadas en el estándar Ethernet. Son
las más utilizadas en redes corporativas de empresas u organizaciones, con
extensiones menores de 2 Km. Enlaces nacionales, con líneas de uso exclusivo o
compartido (de una compañía telefónica).
Enlaces internacionales, proporcionados por compañía
de comunicaciones con implantación internacional. Pueden
utilizar cableado convencional, fibra óptica, satélites, enlaces
por microondas. Además,
muchos usuarios utilizan
módems
para
conectarse desde sus
casas, a través
de llamadas telefónicas
comunes, a proveedores de
comunicaciones que dan, a su vez, acceso a Internet. El uso de líneas RDSI
(Red Digital de
Servicios Integrados) es cada vez
más frecuente, como solución
de futuro para
conectar a usuarios
particulares a las
redes de información de alta
velocidad.
La estructura real de la red en un
determinado momento es difícil de conocer, por su complejidad y
por no estar
bajo el control
de un solo
organismo. Cada empresa
u organización es responsable de su propia red de comunicaciones, y de
los enlaces que la unen a las redes vecinas.
Sobre estos diferentes enlaces físicos y
equipamiento de comunicaciones, se requiere que
cada ordenador disponga
de un software
de comunicaciones, que
permita conectarse e intercambiar información con otros sistemas de la
red.
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