“La escuela no debe
desinteresarse de la formación moral y cívica de los niños y niñas, pues esta
formación no es sólo necesaria, sino imprescindible, ya que sin ella no puede
haber una formación auténticamente humana”.
Plasmó en la escuela los principios de una educación por el
trabajo y de una pedagogía moderna y popular. Sus teorías y aplicaciones deben
de la Escuela Nueva (EDAI), pero adquieren un carácter democrático y social.
Estimula, como base psicológica de su propuesta educativa, la
idea de “tanteo experimental”, considera que los aprendizajes se
efectúan a partir de las propias experiencias, de la manipulación de la
realidad que pueden realizar los niños, de la expresión de sus vivencias, de la
organización de un contexto (de un ambiente) en el que los alumnos puedan
formular y expresar sus experiencias.
Otra consideración que se ha de contemplar es la funcionalidad del trabajo,
crear instituciones que impliquen que el trabajo escolar tenga un sentido, una
utilidad, una función.
Otra de las aportaciones es el principio
de cooperación, el cual exige la creación de un ambiente en el aula en el
que existan elementos mediadores en la relación maestro–alumno. Cooperación
entre alumnos, alumnos–maestros y entre maestros; esta última con la finalidad
de compartir experiencias y dialogar, poniendo en común los problemas y las
posibles soluciones, siempre con el objetivo de mejorar las condiciones de la
escuela popular. Así la organización del aula ha de contemplar la participación
de los alumnos en la construcción de sus conocimientos. La construcción
práctica de ese ambiente educativo se realiza por medio de técnicas que se
caracterizan por potenciar el trabajo de clase sobre la base de la libre
expresión de los niños en un marco de cooperación.
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